En números anteriores se ha hecho hincapié en la importancia de la cultura de prevención como eje medular de calidad de vida. Revisarte periódicamente, alimentarte de forma balanceada, meditar y hacer ejercicio, son hábitos que podrán mantenerte saludable en varios niveles. En este artículo quiero retomar brevemente el tema para hablar sobre los peligros asociados a los suplementos alimenticios.
Una revisión médica de manera constante con tu especialista puede evitar padecimientos futuros. Llevar una dieta balanceada, rica en proteínas y vegetales, es la base de una vida plena, libre de males relacionados con el sobrepeso o la obesidad; recuerda que una dieta ideal se calcula conforme a tu peso y edad.
Por otra parte, el ejercicio es la clave que hará que tu metabolismo funcione adecuadamente. Es recomendable realizar actividades aeróbicas treinta minutos diarios como mínimo, así como otras actividades recreativas al aire libre. Finalmente, tomar un momento al día para meditar te ayudará a proteger tu salud mental y a disminuir el estrés. Al seguir estas recomendaciones puedes estar seguro de que el riesgo de sufrir enfermedades disminuirá significativamente.
Uno de los problemas con que queremos introducir el tema tiene que ver con el grave hecho de la automedicación, fenómeno muy presente en sociedades como la mexicana.
Con frecuencia, el consumo de suplementos alimenticios se lleva a cabo sin asesoría ni supervisión médica, lo que pone bajo amenaza la salud de quienes los ingieren.
Existen productos de este tipo que contienen antioxidantes que, pese a lo que se piensa acerca de estas moléculas, no mejoran la condición de un paciente con cáncer. Incluso la afección puede empeorar, ya que vitaminas como la A y la E, así como el beta-caroteno, son capaces de acelerar el proceso degenerativo de las células, lo que incrementa el riesgo de morir más rápido.
Sin embargo, los suplementos se han popularizado gracias a que éstos son ofrecidos como complementos medicinales necesarios en tratamientos contra el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
El desconocimiento de este tema provoca un sinfín de mitos con respecto a cómo actúan los suplementos en el organismo. Por ejemplo, se piensa que sirven para reducir tallas o para elevar la masa muscular en quienes realizan ejercicios anaeróbicos. Pero estas ideas sólo suman a la gran confusión que gira en torno a su uso.
Al no venderse con prescripción médica, la industria farmacéutica ha sacado ventaja al comercializarlos en diferentes presentaciones, desde complementos nutricionales para niños, hasta suplementos alimenticios para diabéticos y mujeres embarazadas.
Suplementos alimenticios: recomendaciones generales
La Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), advierte a la población sobre los cuidados y responsabilidades que deben seguirse al someterse a un régimen de suplementos alimenticios. Sugiere que el comprador revise el contenido específico en el desglose de elementos dentro de la etiqueta nutrimental. Sustancias como procaína, efedrina, yohimbina, germanio, hormonas animales o humanas, fármacos reconocidos, plantas que no se permiten para infusiones o té y plantas con altos niveles de toxicidad, están presentes dentro de los suplementos pese a su prohibición.
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Investigaciones recientes relacionan padecimientos y reacciones adversas derivadas del abuso de estos productos. La fuente Consumer Reports destacó que entre 2007 y 2012 la Administración de Medicamentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), registró más de 6,300 demandas de efectos secundarios vinculados al uso de suplementos. Los datos mencionan 115 casos de muerte y más de 2,100 hospitalizaciones.
Es de suma importancia saber que los suplementos son extractos de alimentos deshidratados y naturales, así como de hierbas, vegetales y concentrados de fruta, que pueden o no integrar vitaminas y minerales.
Su único objetivo es incrementar la ingesta dietética, completarla o suplir a otros alimentos para obtener sus nutrientes. Si bien la venta de suplementos es abierta a todo el público, algunos foros de salud anticipan que no todas las personas pueden consumirlos; se recomienda supervisión y vigilancia médica previa a su compra.
Fuentes:
Expansión
Informed Health