El efecto Mozart

¿Es real El Efecto Mozart? Desde la antigüedad el ser humano ha utilizado la música como método para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, tanto conscientemente como sin darse cuenta de ello.

¿Qué es el efecto Mozart?

Seguramente habrás escuchado hablar de el Efecto Mozart. Este “fenómeno” comenzó a popularizarse a raíz de la publicación del libro “¿Por qué Mozart?” del otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis. No obstante fue Don Campbell quien literalmente llevó a la fama inusitada al naciente concepto al escribir “El Efecto Mozart” basado en un estudio de los investigadores Frances Rauscher, Gordon Shaw y Catherine Ky publicado pocos años antes en la revista Nature.

Aquí se afirmaba que la música puede estimular el cerebro y proporcionar placer, al tiempo que mejora el estado de ánimo de la gente.

Quienes lo defienden argumentan que el escuchar piezas compuestas por el genio austriaco desarrolla las capacidades cognitivas y la inteligencia particularmente en épocas tempranas de nuestra existencia; la sonata K448 para dos pianos del autor en cuestión es en la que se ha centrado el grueso de estudios.

Recuerdo que mi hijo escuchaba la Flauta Mágica de pequeño y sonreía y se agitaba de forma inusual, ¿entonces es un genio?

Mmmm, no necesariamente. A pesar de que los estudios científicos sugieren que hay una parte real en este tipo de afirmaciones la realidad es que los resultados se han sobredimensionado. Para muestra te compartimos el siguiente estudio:

¿Blur o Mozart?

Hace algunos años salió a la luz pública una investigación realizada en las universidades de Toronto y de Londres que afirmaba que el género musical no es relevante si al escucharla lo disfrutas. El ejercicio constó en someter a 8 mil niños entre 10 y 11 años a una prueba de pensamiento espacial. Previamente habían estado expuestos a oír música de la banda de pop-rock Blur y de Mozart. ¿Qué sucedió? Los que escucharon Blur obtuvieron mejores resultados.

Viva la música

Otro experimento fue realizado por científicos franceses. Demostraron que si se ponía de fondo música clásica mientras se dictaba una clase en la escuela los resultados de los alumnos eran mucho mejores en comparación a los que no tuvieron música de fondo.

Conclusión

Como puedes observar no se puede garantizar que tu hijo por el simple hecho de haber escuchado Mozart de bebé se convierta en el próximo Einstein o Hawking. Lo que si podemos afirmar con base en los estudios que te compartimos es que la estimulación del cerebro no depende solo de un estilo de música ni de una música en concreto y que la música de fondo tiene, inconscientemente, un efecto relajante sobre las personas.

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