En los contenidos de este blog he reiterado la importancia de cuidar tu salud con el único fin de mejorar tu calidad de vida. Prevenir evitará problemas futuros que pueden repercutir en tu economía personal o familiar. Estar preparado ante cualquier incidente contrarrestará un desastre financiero. En este artículo quiero exponer algunas consecuencias de la automedicación y el porqué de su práctica.
Salva tu vida con sólo seguir recomendaciones básicas: no es difícil. Precisamente, en esta entrada, hablaré acerca de los riesgos a que eres expuesto cada vez que recurres a la automedicación. Esta práctica resulta ser común en México. Y ya que la venta libre de medicamentos motiva el consumo de sustancias sin consulta o supervisión de un doctor o especialista.
La cultura y la economía son factores determinantes
Según la Revista del Consumidor, 88% de la población mexicana participa en esta costumbre sin reparar en los daños o complicaciones que se derivan de ella. Este problema tiene su origen en la vulnerable condición económica que rige los bolsillos de la mayoría de los mexicanos. Por lo regular, una consulta médica no está contemplada en los gastos mensuales de un trabajador común.
Un estudio dirigido por la Organización Mundial de la Salud en 142 países reveló que en 99 de ellos la gente adquiere medicamentos sin prescripción. En 39 países los remedios caseros y tradicionales son usados para la automedicación y son comprados o fabricados por amigos, conocidos o por el propio paciente.
La preocupación se plantea a partir de las dudas que surgen con respecto a la calidad de estos productos, su objetivo terapéutico en cada consumidor y el nulo seguimiento médico.
Los anuncios publicitarios y los medios masivos de comunicación también han promovido el consumo de medicamentos que no requieren receta o prescripción médica. Por desgracia, los productos de “alivio rápido” que son ofrecidos al público no necesariamente actúan de forma positiva en quien los toma.
Visitar a un doctor es fundamental porque sólo él puede darse cuenta si su paciente reacciona positiva o negativamente a ciertos medicamentos. A partir de un análisis detallado del historial y cuadro clínico del enfermo, el doctor podrá administrar el tratamiento específico, así como la dosis ideal para cada caso.
Efectos secundarios y otras consecuencias de la automedicación
Sufrir los efectos secundarios por la ingesta de medicamentos sin supervisión es sólo uno de los riesgos causados por la automedicación. Sin embargo, existen otros problemas de mayor espectro y de consecuencias fatales. Por ejemplo, es probable que una persona acostumbrada a automedicarse desarrolle resistencia a ciertos fármacos de uso común.
El verdadero peligro empieza cuando el paciente es diagnosticado de forma incorrecta debido a que el padecimiento puede confundirse por el medicamento autoprescrito.
La farmacodependencia a los inhibidores del sistema nervioso es otra de las amenazas que suman a este fenómeno. Su consumo en exceso produce efectos nocivos en quien los usa, desde irritabilidad hasta paros cardiorespiratorios. Cuadros alérgicos y de intoxicación pueden presentarse de manera engañosa, ya que muchos de ellos no se manifiestan en la primera aplicación de medicamentos.
Recuerda que los síntomas como náusea, vómito, mareos, vista cansada y dolor de cabeza, son los más frecuentes cuando enfrentas una intoxicación. No exactamente son consecuencias de la automedicación.
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¿Cuáles son los medicamentos de mayor consumo?
Los antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios son los medicamentos que se registran con mayor índice de uso autónomo. En el caso de los primeros, la resistencia bacteriana es una condición general entre quienes abusan de tales sustancias.
En cuanto a los analgésicos, se ha demostrado que su uso continuo provoca males hepáticos si se administra durante un padecimiento viral. Finalmente, a los antiinflamatorios no esferoidales se les relaciona con algunos daños gástricos severos, como hemorragias digestivas y úlceras.
Ten en cuenta que tu organismo es distinto a los otros, por lo que las reacciones ante un tratamiento médico no son necesariamente iguales. Una visita al médico de forma periódica puede ser la diferencia vital que te prevendrá ante cualquier riesgo.
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Fuentes:
Revista del Consumidor
Centro de Prensa de la Organización Mundial de la Salud