La bóveda de salud nos permite apoyar a nuestros asegurados en lo que es verdaderamente importante. Concentrarse en ponerse bien o tener más tiempo para estar cerca de sus seres queridos y que estos se puedan poner bien.
El pequeño niño miró a su mamá con los ojos alegres de quien comienza a sentirse mejor, por lo que sus papás se voltearon a ver aliviados. Solo les faltaban seis días más de tratamiento intensivo. Dos años antes los médicos les habían explicado que el problema de su hijo Sergio tenía excelentes probabilidades de curación, por lo que podría llevar una vida totalmente normal. El reto consistía en llevar el tratamiento hasta el final y todos los miembros de la familia estaban decididos a lograrlo.
La vida de Susana y de Andrés cambió radicalmente cuando su hijo Sergio fue diagnosticado con leucemia infantil. Este padecimiento necesitaba mucha atención y también era muy costoso. El tratamiento de la leucemia requiere la participación de médicos de diferentes especialidades como son: pediatra, hematólogo, oncólogo médico, cirujano pediatra, neurólogo y un largo etcétera además de muchos medicamentos y frecuentes estudios de laboratorio. Aunque Susana y Andrés gastaban una cantidad importante de dinero mensualmente en el pago de una póliza de seguro de gastos médicos mayores, la enfermedad de su hijo se estaba convirtiendo, por si faltara algo más, en un problema económico.
Muchos de los gastos por la atención de Sergio se realizaban en el hospital, al cual la aseguradora podía pagar directamente. Pero también, todos los meses la familia pagaba mucho dinero en consultas, medicamentos y estudios que había que cubrir y después pedir que la compañía aseguradora les devolviera. Andrés, el papá de Sergio, contador de profesión, llevaba un registro más o menos preciso de lo que gastaban cada mes. Pero eso no había impedido que los gastos de la atención de Sergio empezaran a causar problemas en la economía familiar.
Esa tarde, después de ver que Sergio empezaba a tener mejor color, Andrés tuvo unos minutos para preguntarse que estaban haciendo mal con el seguro de gastos médicos mayores para que no pudiera recuperar más gastos de la enfermedad de su hijo.
El sistema mexicano de salud privado está sumamente fragmentado. Los pacientes acuden a consulta con sus médicos y si bien les va obtienen algunos días después un correo electrónico con su factura. Ese correo comúnmente acaba perdido en la bandeja del paciente. La misma historia se repite cuando el paciente compra medicamentos o se hace un estudio. Esto resulta en que si los pacientes quieren recuperar dinero de sus seguros de gastos médicos necesitan un secretario de tiempo completo que se dedique a recopilar la información.
Y los historiales médicos están todavía peor.
Cada médico y cada laboratorio lleva sus propios expedientes, lo cual hace muy difícil al paciente llevar su historia médica. Simplemente, ¿quién lleva un reporte detallado de las recetas que le han dado para que sus médicos puedan saber que medicinas se ha tomado? ¿Cuántas personas se intoxican año con año con medicamentos que tienen efectos totalmente contrarios?
Susana es una mujer muy ocupada. Tiene un trabajo en un laboratorio de análisis de materiales. Se encarga de llevar su casa, cuidar de su familia, enfrentar diariamente la enfermedad de su hijo Sergio y… bueno, tratar de recuperar del seguro de gastos médicos los gastos que hacen para atenderlo. Y eso estaba resultando en que sencillamente se les estaba escapando muchísimo dinero de las manos.
El otro problema con el que se estaba topando era mantener en orden el expediente de Sergio. Se generaban muchas recetas y diferentes informes de los resultados de los estudios. Como era muy común que no tuvieran toda la información a la mano, Susana y Andrés se daban cuenta de que los médicos a menudo recetaban a su hijo sin considerar el posible efecto contraproducente de los otros medicamentos que estaba tomando.
Las compañías de seguros de gastos médicos no han buscado formas para ayudar a los pacientes con toda la carga administrativa que se genera por la administración de los gastos que genera una enfermedad como la de Sergio.
En B&C nos molestaba esto, porque ya es bastante malo pasar por un problema de salud y a eso había que agregarle pasarse horas armando la documentación para poder pedir reembolsos al seguro médico. Por eso, pensamos en la bóveda de salud. La idea es que sea lo más sencillo posible para los pacientes enviar a la compañía de seguros los gastos que hacen.
Veamos cómo funciona para la familia de Susana:
- Cada vez que Susana y Andrés llevan a Sergio a una consulta médica le indican al médico o a su asistente que envié la factura de la consulta a nuestro servicio de bóveda digital a través del correo [email protected]
- La información se recibe por los administradores de la bóveda, los cuales identifican el nombre del paciente y lo asocian a una reclamación abierta con la compañía de seguros en la que ellos tienen su póliza.
- Después proceden a solicitar la indemnización a la aseguradora. En los casos en los cuales falta alguna información para continuar con el trámite proceden a localizar al contacto registrado, en este caso a Susana, para pedirle la información necesaria para solicitar la reclamación.
- Además de mandar facturas, la bóveda también les sirve para llevar un archivo digital de todas las recetas y resultados de los estudios que le hacen a Sergio. Así cuando van a consulta saben que tienen a mano el histórico de medicamentos y los resultados de los estudios para que los médicos tengan elementos para realizar mejor su trabajo.
Herramientas como nuestra bóveda de salud nos permiten apoyar a nuestros asegurados en lo que es verdaderamente importante. Concentrarse en ponerse bien o tener más tiempo para estar cerca de sus seres queridos y que estos se puedan poner bien.
A continuación te compartimos una serie de artículos que te ayudarán a elegir el Seguro de Gastos Médicos que te corresponde o si ya cuentas con póliza a sacarle mayor jugo.
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